domingo, 24 de marzo de 2013

El Corazón de las Tienieblas I


                                                                               

Aprovechando la expansión colonial de la época, y los motivos ideológicos argumentadas por los países colonizadores;  Conrad ,en su obra “El corazón de las tinieblas”, deja patente la apreciación que tiene sobre la dualidad animal-hombre del ser humano. Según su obra, existe lo que él denomina “sombras”, o “tinieblas”. Estas tinieblas no son otra cosa que un reducto del salvajismo y la parte animal del ser humano, que pueden actuar directamente sobre la persona, pero solo si se ve expuesto a ellas. La obra toma precisamente su título de la procedencia de estas sombras.


Empieza la narración diciendo que “Un día Londres también fue un lugar sumido por las sombras”, en referencia a cuando fue descubierta Britania por los romanos. Según esto, existen territorios no civilizados y puramente salvajes, que hasta que son descubiertos por otras civilizaciones, viven en la más profunda brutalidad, estando sus habitantes dominados por sus  instintos básicos y su barbarie; pero cuando reciben la influencia de naciones carentes de ese instinto, empiezan a adoptar posturas y actitudes más cívicas y humanas, pero también a trasmitir su espíritu brutal a la “sociedad iluminada” que los descubre. Britania fue una vez uno de esos pozos de sombras hasta que fue descubierta por los romanos; y es en el momento de la narración cuando Inglaterra ha pasado a ser la eminente luz civilizadora que se proyecta sobre el nuevo corazón de las tinieblas, el mal y los pensamientos violentos, África.
En el libro, los personajes que han sufrido una larga exposición a la maldad de las tinieblas, sufren una especie de locura transitoria, o diversos efectos según el sujeto; que desarrolla la parte más zafia e instintiva de su ser. Bajo esta larga exposición sucumbe el capitán predecesor del protagonista; del cual dicen que era la persona más maravillosa y  risueña por imaginar, pero que cuando es poseído por las sombras pasa a golpear a un anciano, jefe de una tribu; lo cual conllevaría su muerte. La sufre también el timonel del barco; que cuando es imbuido por las sombras pasa a tomar total indiferencia de la lluvia de flechas que le estaba lloviendo, e ignorando toda medida de seguridad lógica simplemente toma la postura agresiva en lugar de defensiva que le dictaban las sombras en lugar de la lógica, e igualmente muere por esto. También es influido por las sombras Kurtz; que en lugar de dejarse poseer por ellas, logra tomarlas, hacerlas suyas y utilizarlas; pero esto desencadenó una actitud si cabe más temeraria, salvaje y suicida todavía que conllevaría su deterioro mental y físico hasta su muerte. El único que sobrevive a su encuentro con las sombras es el protagonista, Marlow, y porque su aceptación de las sombras fue limitado en el tiempo; mientras el de Kurtz pasó a ser duradero y constante, Marlow simplemente sufrío una exposición momentánea, en el que pasó a tener una visión más nihilista y cínica sobre la vida; y puesto que es el único que sobrevive a su encuentro con las tinieblas, es del que podemos aprender que ocurriría en nuestro encuentro durante la vida real con las sombras.

Al igual que, según la novela, existen zonas puramente salvajes del mundo; en nosotros existe una parte igualmente salvaje; latente en la mayoría de las personas y en la mayoría de los momentos, pero que al salir a flote podría dejar salir una actitud más bélica y pasional. Eso sería lo que ocurriría en un plano proyectado sobre la psique humana, en la que se vería absorbida por la violencia instintiva del hombre, pero ¿Y a nivel de acción y pensamiento práctico?

Podría decirse que desarrolla una visión práctica ante la vida; una clase de hiperrealismo cognoscitivo, en quien ha sucumbido a las tinieblas pasa a entender que todo es indiferente. Toda acción pasa a ser un sueño insignificante, vacío y torpe. Los deseos y esperanzas comunes se tornan poco más que pretensiones irritantes. No importa que ganes más o menos dinero, por un día perecerás; no importa que lo pases bien en bailes o con amistades, porque todo es efímero; no importa la fama que obtengas, sigues siendo nadie aunque te conozca mucha gente que tampoco es nadie.
Es básicamente una afirmación iracunda sobre el horror de la nulidad, de la comprensión de la mera existencia como tal. El hombre se sobrevive a sí mismo; y todo lo demás, está de más. Básicamente defiende que la existencia es mera subsistencia, y todo lo demás que le asocies es por mera ignorancia.

Las consecuencias de semejante forma de pensar son las propiamente expresadas en la historia; un abandono de la parte racional del hombre, una cierta misantropía hacia aquellos que aún no conocen esa “verdad” de la que se es consciente, indiferencia por todo(incluido la propia vida), pero por encima de todo esto: un sentimiento de superioridad moral al pasar por encima de ella, para el que es de las tinieblas no hay ni bien, ni mal; solo está la acción, y sus consecuencias; pero sus consecuencias son indiferentes.

Su vida se basa en la acción, y su acción se basa en los instintos.

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